El próximo martes, 15 de febrero (20 h), vuelve el ciclo de conciertos Palau 100 con el protagonismo de la legendaria pianista Maria João Pires, que interpretará el Concierto núm. 2 para piano y orquesta de Frédéric Chopin, compositor con el que la artista portuguesa ha alcanzado cotas de expresividad exquisitas y refinadas. En esta ocasión Pires estará acompañada de la Orquesta Gulbenkian, dirigida por el brasileño Ricardo Castro.

Será un lujo escuchar la obra de Chopin servida por la gran Pires. Una obra que el compositor polaco compuso cuando tenía sólo diecinueve años y que se estrenó en Varsovia el 17 de marzo de 1830, con el mismo compositor como solista. “Dividido en tres movimientos, arranca con la exposición orquestal de un primer tema que dos minutos después reanuda el solista. El piano irrumpe majestuoso y ardiente, confiriendo verdadera vida a la música, y todo el movimiento se desarrolla en un clima de apasionado romanticismo. A continuación, el movimiento lento se convierte en una especie de nocturno lleno de nostalgia, inspirado por la juvenil pasión del autor por una estudiante de canto del Conservatorio de Varsovia, Constanza Gladkowska. «Sueño en ella, y bajo su inspiración ha nacido el Adagio de mi Concierto en Fa menor...», escribió el músico a su amigo Titus Woyciechowski. Pero Chopin nunca se decidió a hablar con la joven y cuando la obra se publicó la dedicó a la condesa Delfina Potocka. Ya desde los primeros compases nos situamos en un clima de intimidad y confidencia amorosa, que nos llevará al magnífico episodio central, con el piano interpretando una apasionada melodía sobre el trémolo precipitado de las cuerdas. El último movimiento recupera el brillo sonoro adoptando el ritmo característico de una alegre mazurca y sugiriendo una explosión de sentimientos con un piano que mantiene su pasión impetuosa hasta el último compás”, según explica la periodista musical Ana Maria Dávila en el programa de mano del concierto.

La velada presenta también una obra contemporánea de instrumentación cambrística, Deux portraits imaginaires, encargada en 2013 por la Casa da Musica al compositor portugués Pedro Amaral. “A partir de los poemas y fragmentos literarios inacabados y dispersos que el poeta Fernando Pessoa dejó en torno al mito de Fausto, Amaral ha imaginado un diálogo entre este personaje y Maria, síntesis de diferentes personajes femeninos de la obra de Pessoa. No hay palabras en la partitura –estas se encuentran implícitas en las líneas solistas de determinados instrumentos–, y la música, puramente instrumental y de gran sentido dramático, pretende hacer un retrato psicológico en profundidad de ambos personajes en el momento de su encuentro”.

El concierto acabará con La mer de Claude Debussy, que el compositor definió como “tres esbozos sinfónicos”. Debussy comenzó La mer muy lejos del mar, en la Borgoña, en medio de Francia. "Mis recuerdos valen más que la realidad", dijo el compositor. “Inspirada en recuerdos de niñez y recreaciones pictóricas y literarias,La mer, trois esquises symphoniques fue concebida como tríptico y no como una verdadera sinfonía. Al igual que los pintores impresionistas, que buscan capturar un instante huidizo mediante manchas de luz, Debussy evita los recursos habituales para describir el mar, el viento y las olas. Su mar es más bien una sugerencia, la evocación de un sentimiento expresado con plena libertad formal y una rica paleta tímbrica”.

Puede ver aquí la nueva cápsula divulgativa de Perspectivas Musicales con motivo del concierto protagonizada por Ana María Dávila.

(fotografía de Maria João Pires amb l’Orquestra Gulbenkian ©Jorge Carmona-Antena 2)