“BARCELONA SIEMPRE HA SIDO UNA META ARTÍSTICA Y EMOCIONAL PARA MÍ”
-Debutará en Barcelona convertida en una estrella reconocida en todo el mundo y el público catalán tiene muchas ganas de recibirla. ¿Lo sabe?
-Lo que dice significa una gran alegría porque España y particularmente Catalunya siempre han tenido un sitio especial en mi crecimiento. Mi padre, que tiene muchos amigos aquí, siempre me hablaba de Barcelona como un lugar mágico y utópico en el que el arte tiene una presencia importante, por la gran cantidad de artistas que han vivido y todo el historial de colaboraciones que se han producido. Por eso, Barcelona siempre ha sido una meta artística y emocional para mí.
-No deja de ser curioso que debute en dos de nuestras principales salas de conciertos en tan breve lapso. ¿Se trata de una casualidad?
-Sí, porque un proyecto nada tiene que ver con el otro, pero ha coincidido el fruto de los esfuerzos de muchos años con mi agente en España por intentar visitar los lugares más emblemáticos. Con la OBC ya habíamos intentado encontrar una fecha en dos ocasiones anteriores hasta que ahora ha sido posible, y el concierto en el Palau de la Música llega en el marco de una gira de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, que es una orquesta con la que me une una larga relación. Hace tiempo que me pregunto por qué no trabajo más en España, que es un país que tiene tantos vínculos con México.
-Aunque usted vive habitualmente en Berlín, donde la música clásica tiene ya una presencia significativa en la sociedad, uno de sus objetivos es hacerla aún más popular...
-La música clásica siempre ha sido popular, porque ese término simplemente significa que es música para la gente. El problema es que la denominación no refleja lo que realmente es: un período importante de la música para concierto que engloba estilos muy diversos. Hace muchos años que corren teorías que hablan de la muerte de la clásica, ¡pero en realidad nunca ha muerto! Lo que debe preocuparnos es compartirla con la mayor cantidad de gente posible para que tenga un efecto positivo en sus vidas. Y para que esto ocurra, basta escucharla, no hace falta ser experto, haberla estudiado, haberla empezado a sentir de pequeño o tocar un instrumento... Todo esto ayuda y enriquece la experiencia, pero la clásica es realmente para todos.
-Muchos la han convertido en un referente entre las mujeres directoras. ¿Se siente un modelo?
-Yo soy muy feliz de ser mujer y de utilizar en mi profesión todas las cualidades femeninas que me da el hecho de vivir como mujer, pero también utilizo las características masculinas, que están muy presentes en mi vida artística. Todos somos una mezcla de femenino y masculino y de nuestras experiencias, la herencia de los padres, nuestra forma de pensar, nuestra inteligencia, etcétera. Somos únicos e irrepetibles, y es muy bonito que no haya nadie igual. Ser mujer es parte de esto, pero es sólo una parte, porque somos mucho más complejos. A menudo me quieren poner en un compartimento con otras mujeres directoras simplemente porque somos mujeres y claro que lo somos, pero no sé si tengo mucho que ver con una u otra, que pueden ser muy buenas, y en cambio muchas veces me siento más afín a otros directores hombres con los que me une una personalidad similar o una aproximación similar a la música y que, por cierto, también utilizan su lado femenino en la dirección. Es ridículo que exista la categoría de mujer directora, pero dicho esto, me parece muy bien que instituciones diversas hagan esfuerzos para que la igualdad de género esté más presente en nuestra sociedad.