Desde que The Beatles compusieron Helter Skelter, una canción que en 1968, que ya preludiaba en cierto modo el heavy metal, ha llovido mucho. Uno de los hitos originarios y fundadores del género fue el álbum Black Sabbath de la banda homónima, publicado en 1970, sin olvidar la huella hard rock de Led Zeppelin.

Desde entonces, la música metálica ha contado, en su más de medio siglo de historia, con múltiples tendencias y desarrollos, desde el heavy clásico de bandas como Iron Maiden o Judas Priest hasta tendencias más recientes como el black metal, el death metal, el doom y el metal progresivo, que marcan las líneas más vanguardistas. En sus inicios, este estilo no lo tuvo fácil. Nació en ambientes humildes y la crítica se cebó en ella, tildando el género de monótono y con tendencia a repetirse. Sin embargo, el tiempo ha dado la razón a estos creadores tenaces e innovadores, que han sembrado nuestra cultura de discos clásicos.

Por otra parte, las diversas variantes del género han dado a luz bandas tan sofisticadas compositivamente como Opeth, Dream Theater, Jute Gyte, Gojira, Meshuggah o Schammash, por citar sólo unas pocas, con músicas que exploran abiertamente la disonancia, las afinaciones alternativas e incluso la microtonalidad.

Esta actividad se centrará en los sonidos propios del heavy y del metal extremo, haciendo un repaso a la historia del movimiento, a las técnicas compositivas, a los instrumentos y equipamiento y también a las letras y la poesía del metal. Pero sobre todo hablaremos del vínculo heroico, mítico y espiritual del heavy, siempre en el abismo que va de la luz a la oscuridad.